Como hemos aprendido el lavado de dinero no es solamente lo que muchas veces vemos en las típicas películas de narcotraficantes o de tranza de diamantes o secuestros; o que se da en las potencias mundiales, países desarrollados o ricos en piedras preciosas.
El lavado de dinero es más que eso, se vale del poder de ocupar también un alto rango; para ser más específicos se vale también de la política de la posición social, de la jerarquía; se ve en los gobiernos, en empresas privadas y lamentablemente a quienes más afecta son a los países mas pobres,a quienes están en medio siendo solamente espectadores, quienes más sufren las consecuencias de los actos de la codicia y ambición son el pueblo.
En El Salvador, el lavado de dinero es un hecho y pues me parece muy interesante como todos los políticos se pasan la culpa y al final todos son participes de este delito. Internamente los salvadoreños no nos damos cuenta o no nos pronunciamos ante esto por millones de razones, porque a lo mejor no serviría de nada, porque es peligroso y lo más común es porque afecta la imagen del partido por el que nos peleamos y defendemos.
Pero hay países que lo ven claro, se dan cuenta que el país necesita con urgencia gritos. tal es el caso de Estados Unidos con el FOMILENIO II, el cual exigió una reforma en esta ley, para que fuera más justa, más eficiente, para que existiera transparencia en el manejo de ese fondo que el país necesita.
FOMILENIO II
REFORMA DE LA LEY CONTRA EL LAVADO DE DINERO Y ACTIVOS
